1. Una dieta muy variada y con productos frescos de temporada. La alimentación no tiene por qué ser monótona, podemos variar los tipos de verduras, de ensaladas, de frutas, de carnes, de pescados, de cereales. Podemos ir variando los tipos de cocinado: hervidos, plancha, fritos, al horno, al vapor... No existe un alimento completo, y una dieta variada es un seguro de nutrición completo.
2. Consumir las calorías que necesitamos. Saber ir variando la dieta a lo largo de la vida, acomodándola a cada etapa, teniendo en cuenta el tipo de actividad, contrarrestando con la dieta la general tendencia a engordar a partir de los 40 años, constituye un buen seguro de salud.
3. Incluir hidratos de carbono completos. Las verduras, los cereales integrales y las legumbres contienen estos necesarios hidratos de carbono y consumirlos es una pauta correcta para conseguir una dieta equilibrada, sin un exceso de grasas ni de proteínas. Las legumbres son un alimento indispensable que habría que consumir tres veces a la semana como plato principal.
4. Tomar a diario aceites vegetales. Son la mejor fuente de vitamina E y de ácidos grasos esenciales, necesarios para la correcta formación de células. Los países de gran consumo de aceites de oliva no tienen un alto porcentaje de enfermedades cardiovasculares ni de cáncer de mama.
5. Acompañar los platos de carnes con ensaladas. Es una excelente forma de añadir vitamina C en las comidas con alto contenido proteínico. El pimiento y el perejil son unos de los alimentos más ricos en vitamina C. De este modo se protege el aparato digestivo de la posible formación de sustancias peligrosas.
6. Convertir al limón en el comodín de todas las comidas. El limón, con su importante dosis de vitamina C y su alto contenido en minerales basificantes, se convierte en un extraordinario alimento, equilibrador de la dieta. El limón puede introducirse en la alimentación diaria como un refresco (en limonadas endulzadas con miel), añadiendo un poco de zumo de limón a cualquier zumo de frutas o de hortalizas, acompañando las infusiones, como aliño de ensaladas y verduras ...
7. Comenzar el día con un buen vaso de zumo de frutas y hortalizas. Esta norma práctica es un sabrosísimo sistema para asegurar una buena dosis de vitaminas y minerales diarios.
8. Saber lo que comemos. A pesar de que la Organización Mundial de la Salud ejerce cada vez un mayor control sobre los aditivos que se utilizan, es preciso tomar conciencia de los conservantes y aditivos que se ingieren.
9. Saber que un alimento refinado ha perdido una importante cantidad de minerales. Los procesos industriales que se han ido introduciendo en la industria alimenticia han hecho posible una amplia oferta de productos preparados y refinados. Refinar los cereales supone quitarles la capa externa que los recubre, es decir, el salvado, y también el germen, con lo que se eliminan una importante cantidad de vitaminas y minerales. Esta alimentación a base de productos refinados que está transformando nuestra buena dieta mediterránea en un "menú de cafetería" es una alimentación deficiente y por tanto causante de muchos problemas de salud.
10. ¡Ningún menú sin fibra! Demos a la fibra la importancia que tiene en nuestra alimentación. Una alimentación sin fibra es una alimentación antinatural, ya que tenemos una gran longitud de intestino (entre 6 y 10 metros) y por lo tanto la alimentación ser voluminosa para facilitar el tránsito intestinal por ese largo recorrido. La fibra hace más rápido ese tránsito, impidiendo así la formación de productos cancerígenos por las bacterias intestinales y también es un método natural de eliminar el colesterol.
viernes, 19 de febrero de 2010
Diez consejos imprescindibles para una dieta sana
La alimentación de cada día puede constituir un gran factor de prevención y defensa de muchas enfermedades y el mejor método de conservar la salud:
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