viernes, 29 de enero de 2010

Tintos versus blancos

Al tiempo que la tendencia de consumo de países importadores como Estados Unidos o Reino Unido tiende hacia el blanco, en Argentina, el tinto crece exponencialmente en detrimento de los blancos, en especial los de volumen, que constituyen el 80% del mercado.

En Estados Unidos, la variedad más vendida es el Chardonnay. En Reino Unido, la proyección de la consultora IWSR es que en 2010 se consuman 57.900.000 cajas de vino tinto (cajas de 9 litros) frente a 63.217.000 de vinos blancos.

En Argentina, en cambio, la balanza se inclina claramente hacia los tintos. El último balance que hizo el INV sobre las existencias vínicas, dio como resultado que mientras queda menos de un mes de stock de vinos tintos, hay más de 8 meses de existencias de vinos blancos.

¿Por qué el consumo de tintos crece en Argentina en detrimento de los blancos?

Un estudio de la consultora CCR encargado por el Fondo Vitivinícola sobre consumo doméstico de vinos, indica que entre 1996 y 2008, mientras que el consumo general de vinos cayó 21%, los vinos de color, fundamentalmente tintos, crecieron 44%.

En cuanto a los vinos en tetra, el estudio señala que entre 2002 y 2007 el consumo de tintos se mantuvo estable, mientras que el de blancos pasó de 3.000 a menos de 2.000 hectolitros por año en el período analizado. El informe indica que esta tendencia de declinación en consumo de blancos -frente a los tintos y los rosados- comenzó a finales de los 90 y se mantiene hasta nuestros días.

El trabajo aborda algunas de las razones de este fenómeno. El gerente de UVA Sergio Villanueva señala que lo que surge del estudio es que en los últimos años, la caída del consumo de vinos se puede explicar por la caída del vino blanco. "Esta declinación se produce por los procesos de sustitución por otras bebidas, sobre todo en los segmentos de mayor volumen. Donde creció la cerveza, el blanco cayó", apuntó Villanueva.

En los segmentos más altos (más de 11 pesos) se dio, por el contrario, un cambio de hábito. "Se pasó del blanco al tinto, no se cambió el vino por una bebida sustituta. Para explicar este punto se cruzaron las variables precio y crisis económica. La crisis económica no afecta grandemente al vino, lo que más afecta es a las gaseosas y a las aguas saborizadas", indicó.

El impacto de la comunicación y el estilo de vida


Otra variable analizada es el estilo de vida. "Vemos en general un descenso de consumo de bebidas alcohólicas con excepción del Fernet, que no representa mucho en volumen, con un crecimiento exponencial de aguas saborizadas, aguas y gaseosas. Las bebidas que tienen menor grado alcohólico son las que más han resistido, como la cerveza y el vino", dijo Villanueva.

Otra variable es la estacionalidad. "El vino es estacional, tiene mejor performance en invierno y empeora en verano. Esto se produce justamente por el menor consumo de vino blanco, que no compite como bebida refrigerada en un clima que se está volviendo cálido desde noviembre hasta mayo. La comunicación de la cerveza en verano es impresionante. Quilmes tiene una comunicación muy fuerte desde hace 20 años, que apunta estratégicamente a posicionar la cerveza en ámbitos nuevos. Se hace poca referencia a la cerveza como bebida alcohólica y se propone como una bebida que calma la sed. Esto apunta a remplazar a los vinos de mediano precio, con el desarrollo de cervezas Premium, a costos razonables, parecidos a los de los vinos de media gama".

En el imaginario colectivo, opinan desde el Fondo, el vino blanco perdió funcionalidad. "El vino quedó ligado a la comida, y la comida quedó ligada al tinto", aseguran.

Para sacar de este sitio a los blancos, algunas empresas han empezado a reaccionar, como se muestra en una publicidad reciente de un gran grupo de vinos que señala en su publicidad "Tomáte un blanco bien frío".

¿Volver al vino con soda?


Años atrás, lo usual en Argentina era tomar vino con soda, tanto tinto como blanco. Los abuelos lo tomaban por la tarde o por la mañana, cuando el calor arreciaba, como bebida refrescante. Esta costumbre le daba al vino blanco mayor funcionalidad. "Sin embargo, en Argentina se aplicó el concepto a vinos de baja gama y ahora no se bebe con soda, está prohibido y es ‘pecado' diluir el vino".

El problema lo tiene principalmente el blanco escurrido. Aunque para Villanueva no importaría si es blanco escurrido, Chenín o Torrontés. "Tendríamos el mismo problema. De hecho, al banco básico se le están poniendo otras variedades como Chenín, Pedro Jiménez o Torrontés pero sigue cayendo".

En el mix, los vinos de gama media alta y alta, como Chardonnay y al Torrontés son sustituidos por el consumo de vino tinto. "El 85% de los vinos en mercado interno valen menos de 10 pesos. En el 20% restante está la alta, intermedia y muy alta gama. Su influencia en el mercado es menor. En ese segmento de mercado interno, la cerveza no compite con un vino de más de 10 pesos, pero se está dando el fenómeno de que ese segmento de precios está estabilizado o creciendo. De todos modos, el mix de tintos está sobre los blancos. En las últimas reconversiones estamos en 60% de tintos y 40% de blancos, pero vamos a ir hacia un 70 - 30%", marcó Villanueva.

Por último está el tema precio. Hasta 2005 aproximadamente, el tetra costaba 2 pesos, lo mismo que la cerveza. Ahora, el vino vale 6 pesos y la cerveza 3,50.

"En general, no es simétrica la relación oferta - demanda del vino por precio. El negocio es vender al máximo precio posible sin perder volumen. La cerveza tiene menor rendimiento que el vino, en lugar de una se toman dos y éste es el principal motivo de las menores ventas"

Fuente: Area del vino


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