domingo, 31 de enero de 2010

Michelle Obama, en campaña contra la obesidad



ALEXANDRIA. (Reuters) - Funcionarios de la salud estadounidenses aprovecharon el poder de convocatoria de la primera dama, Michelle Obama, para lanzar una nueva campaña contra la obesidad, una enfermedad prevenible que cuesta miles de millones de dólares a la economía.

Michelle, quien planea hacer de la obesidad infantil una causa, ayudó a hacer trascender esta semana el anteproyecto de la Inspectora General de la Salud, Regina Benjamin, acerca de lo que se puede hacer en la casa, la escuela y el trabajo para revertir el mal.

En su primera iniciativa desde que asumió el cargo, Benjamin emitió un reporte sobre las consecuencias de la obesidad para dar comienzo a un debate nacional en torno del tema.

"El número de estadounidenses, como yo, que están luchando con su peso y con problemas de salud ligados a su peso sigue siendo muy alto", sostuvo.

El reporte de Benjamin enumera las recomendaciones para prevenir la obesidad. Los consejos van desde comer más frutas y verduras hasta agregar "educación física de alto nivel" en las escuelas y abrir más supermercados en las comunidades de bajos ingresos.

La secretaria de Servicios Sanitarios y Humanos Kathleen Sebelius dijo en el lanzamiento que el Gobierno de Obama estaba invirtiendo 650 millones de dólares a modo de estímulo económico para el bienestar social y en programas de prevención destinados a frenar la obesidad y el consumo de tabaco.

La funcionaria presentó a la primera dama como "la jardinera preferida de todos".

Obama, quien creó un jardín en la Casa Blanca junto a alumnos de la zona, dijo que la solución a la obesidad no puede salir sólo del Gobierno. Todos tienen que estar dispuestos a poner su parte para poner fin a esta crisis de la salud pública, aseveró.

"Esto no será fácil ni pasará de la noche a la mañana. Y no ocurrirá simplemente porque la primera dama lo ha convertido en su prioridad", dijo Obama a una audiencia de hijos de abogados en un centro recreativo en Alexandria, en las afueras de Washington.

"Va a necesitar de todos nosotros. Gracias a Dios, no va a depender sólo de mi".

Dos tercios de los adultos estadounidenses y casi uno de cada tres niños tienen sobrepeso o sufren obesidad, un desorden que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades cardíacas y otras dolencias crónicas.

Estados Unidos gasta casi 150.000 millones de dólares por año debido al problema de la obesidad y complicaciones relacionadas. El costo se duplicó desde 1998 y supera el de los gastos vinculados al cáncer, dijo Sebelius.

"Cuanto menos sanos seamos como nación, más subirán los costos del cuidado de la salud y menos competitivos seremos a nivel mundial", señaló.
Fuente: lanacion.com

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