miércoles, 27 de enero de 2010

Bonarda argentino


No caben dudas que el Malbec es sinónimo de vino tinto argentino en cualquier rincón del mundo. Sin embargo, nuestros Bonarda están ganando aceptación y se perfilan como otro digno representante de nuestras tierras.

Más allá del habitual exitismo que caracteriza a nuestro pueblo, es un hecho que la Argentina está entre las grandes ligas de productores de vino en el mundo, ya sea por la gran calidad, por la lejanía de nuestros terruños o bien por la ventajosa relación precio / beneficio de los vinos, tan buscada en los principales mercados internacionales.

Al momento de pensar en dos cepajes embajadores de la viticultura Argentina en el exterior, en primer lugar se encuentra el Malbec y por otro lado, el Torrontés se está ganando de a poco el segundo puesto. Es altamente probable que en un futuro próximo los vinos Bonarda puedan formar parte de una terna, al lado de nuestras dos cepas emblemáticas.

Este cepaje está experimentando un crecimiento notorio en las preferencias de consumo, lo cual ha sido observado por muchas bodegas y hoy en día ya cuentan con esta variedad en sus portfolios de productos. Si bien ya son muchas las marcas que ofrecen Bonarda, esto aún no se ha generalizado. La mayoría de las bodegas siguen apuntando a los cepajes tintos clásicos como el Malbec y Cabernet Sauvignon, al pujante Syrah y al Merlot, que aún e inexplicablemente no cuenta con el reconocimiento que debería merecer.

Por otro lado, existen otros cepajes que son más buscados por aquellos consumidores exploradores de alternativas menos tradicionales, ya fuera por tener un paladar inquieto, por conocimiento específico de un cepaje determinado o incluso por esnobismo. Entre estas variedades encontramos el Petit Verdot, Cabernet Franc, Tempranillo, Pinot Noir, Tannat y el Bonarda, que amerita un capítulo especial.

Durante los años ’60 la vitivinicultura se masificó y se incrementó el consumo de vinos comunes, para lo cual se comenzaron a cultivar viñedos de alto rendimiento, como por ejemplo los de Bonarda. Hasta hace muy pocos años, este cepaje tinto era el número uno en términos de superficie cultivada, superando al Malbec, hecho que se revirtió hace pocos años debido al gran auge de esta última variedad francesa. Hoy en día, el Malbec es la variedad tinta más cultivada, seguida por el Bonarda y muy cerca, en tercer lugar, el Cabernet Sauvignon.


En aquellos años de masividad, el consumo del vino en nuestro país estaba prácticamente concentrado en los vinos Borgoña, o mejor dicho, tipo Borgoña, aunque esto no tenga nada que ver con los auténticos vinos de la Bourgogne, en Francia, principalmente Pinot Noir y Chardonnay.

La combinación de Bonarda y Malbec era el típico corte que conformaba estos vinos argentinos de mesa y que además no era declarado en las etiquetas. El Bonarda que formaba parte de estos económicos vinos está muy lejos de la calidad del cepaje que encontramos en la actualidad. Últimamente se han logrado excelentes resultados, luego de haber experimentado con más cuidadas prácticas vitivinícolas para producir Bonarda de calidad.


Por otra parte, se elaboran varietales de precio accesible y también premium, vinos de corte, de cosecha tardía, fortificados e incluso espumosos. Algunas bodegas, no solamente incorporaron este cepaje entre sus diferentes líneas de productos, sino que han dado un paso más adelante. Tal es el caso de Nieto Senetiner, que hace algunos años se arriesgó a experimentar en la vinificación del cepaje en su más alta expresión y tuvo un gran éxito, tal vez mucho más allá de lo planeado por la bodega.

Además de la repercusión que tuvo en el mercado interno, el desarrollo de este producto le permitió obtener premios internacionales y más adelante presentaron un Bonarda de cosecha tardía. Otro caso más reciente, es el de Fincas Vicovid, que basa su línea completa de productos en el Bonarda. El enólogo de la bodega es el prestigioso Mauricio Lorca y por el momento la bodega comercializa dos etiquetas, un varietal 100% y un corte con Cabernet Sauvignon.

La variedad Bonarda es un vino que tiene gran aceptación debido a sus característicos taninos dulces, perfil afrutado y suavidad en el paladar. Por otra parte, es suficientemente versátil y de gran adaptación a las diversas regiones vitivinícolas de la Argentina. Encontramos viñedos en diferentes zonas de Mendoza, como las más bajas al Este de la provincia, al Sur en San Rafael y también en la Primera Zona, en Luján de Cuyo y Maipú. También se producen excelentes Bonarda en base a uvas provenientes de San Juan, La Rioja y Salta.

Sea cual fuere el motivo, si Ud. aún no ha incursionado en este sabroso cepaje, no deje pasar mucho tiempo, puede escoger entre Bonarda de todos los precios. Probablemente Ud. mismo esté contribuyendo a que este cepaje sea en un futuro el favorito de muchos.


Fuente: Argentinewines.com

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