domingo, 20 de septiembre de 2009

Al pie de la cordillera un maridaje perfecto


MENDOZA.- aunque parezca algo extraño, exquisitos vinos mendocinos, potentes autos alemanes y un paseo por la cintura de la cordillera de los Andes pueden conformar un magnífico maridaje.

Salir desde la capital mendocina, pasar por Luján de Cuyo y el valle de Uco, y llegar a los pies de su majestad el Aconcagua: éstos fueron algunos de los tramos de ese formidable escenario recorridos este año por una veintena de propietarios de automóviles Porsche, que incluyó paradas en algunas de las mejores bodegas argentinas.

Así se desarrolló la última edición del Porsche Wine Lover´s Tour, organizado por Porsche Argentina y la bodega Pulenta Estate, que desde 2002 produce vinos premium en Alto Agrelo, Luján de Cuyo, a 45 kilómetros de la ciudad de Mendoza.

Bajo un cielo limpio y con los Andes nevados como telón de fondo, las máquinas creadas por el legendario Ferdinand Porsche rugieron sobre el asfalto. Los distintos modelos Boxster y Cayman, además de los Carrera y Targa del mítico 911 -ni un gramo de grasa y pura potencia-, demostraron su dinámica y versatilidad en su punto justo.

La caravana por los viñedos contó también con el modelo GTS, la versión más exclusiva de los todoterreno Cayenne: cinco metros de longitud, un motor V8 de 4800 cm3 que impulsan 408 caballos de fuerza.

Pero la mirada de pobladores y curiosos apostados a la vera del camino se clavaba en un clásico del tour, cargado de nostalgia y glamour: el Porsche 356 Carrera color blanco, del líneas redondeadas y cromados relucientes, modelo 1964.

Además de pertenecer a la tercera generación de bodegueros de esa tradicional familia, los hermanos Eduardo y Hugo Pulenta están ligados al negocio de los autos de lujo.

Eduardo, enólogo, pasó casi 25 años al frente de Trapiche. Su padre, Antonio, fundó junto a sus hermanos esa bodega. Tras venderla, en 2002, Eduardo y Hugo conservaban una vieja finca en Alto Agrelo. Juntos, Hugo, con su profunda pasión por los autos y hoy al frente de Porsche en nuestro país, y Eduardo, eterno enamorado de la creación del buen vino, fundaron Pulenta Estate.

Hoy poseen 35 hectáreas de viñedo propio, a 980 metros sobre el nivel del mar, que gozan de un extraordinario clima, con grandes amplitudes térmicas entre el día y la noche, lo que permite una correcta maduración de los racimos.

"Hacer un gran vino es un acto de generosidad, de pensar siempre en el otro, en el que lo degustará", opina Eduardo.

"El 80 por ciento de nuestra producción -agrega- está destinada a Inglaterra, Estados Unidos, Dinamarca, Alemania, Bélgica y Hong Kong. También han tenido muy buena aceptación en nuestra región, como en Brasil, Puerto Rico, Panamá, México, Uruguay y últimamente en Colombia."

Según cuentan sobre un paisaje único de El Rancho (sitio destinado a encuentros y almuerzos de negocios) la travesía del Porsche Wine Lover?s Tour se sintetiza en un particular maridaje: "Siempre debe haber un elevado nivel en el trabajo manual, que tiene que ser acompañado de la mejor tecnología -afirma Hugo-. En un Porsche, cada butaca, cada motor o cualquier pequeño detalle lo empieza y lo termina una persona. En la etiqueta de los vinos, queremos lo mismo"

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