miércoles, 19 de agosto de 2009

Dom Perignon revela una nueva creacion: Vintage 2000


Luego de una paciente espera de siete años, Dom Pérignon ha decidido develar su interpretación del milenio.


Dom Pérignon Vintage 2000 es un clásico ejemplo del espíritu de Dom Pérignon, pero con un misterio particular y una fuerte presencia propia. En el modo que se creó y en el modo en que evolucionará, es un ejemplo perfecto del enfoque basado en el creador de Dom Pérignon. Es un homenaje a la creación del champagne y a Pierre Pérignon, el monje que fuera designado maestro de bodega en Abbaye D’Hautvillers en 1668 y cuya ambición fuera “hacer el mejor vino del mundo.

Épernay, Champagne, Francia. Febrero de 2008

La interpretación del milenio de Dom Pérignon:

un vino misterioso con una fuerte presencia

Vintage 2000 ha viajado de la oscuridad a la luz, del universo privado a uno compartido. Nacido de uvas recolectadas a fines del siglo pasado y que maduraron en absoluto secreto, marca este hito con sus características profundamente ambivalentes y misteriosas y una presencia notable.
Esta cosecha excepcional es un símbolo tanto de las raíces de Dom Pérignon como de su futuro. Como todas las cosechas de Dom Pérignon, las uvas de la cosecha 2000 han sido cultivadas en los ocho grands crus de Dom Pérignon, junto al premier cru Hautviller. Cada cosecha es una nueva creación que es a su vez una renovación del estilo único, pero a la vez eterno, de Dom Pérignon.

En tanto que el estilo clásico de Dom Pérignon es predominante en Dom Pérignon 2000, sus características singulares, táctiles, carnales y complejas, brillan en él.

La cosecha afirma su identidad propia con un doble juego: es desarmador y ácido a la vez. Cuando se dedica tiempo para catarlo adecuadamente, Dom Pérignon 2000 se devela como más profundo y ambivalente.

Dos sensaciones se enfrentan entre sí: una música que resuena conmovedora y vibrante. Este vino se debate entre dos puntos de una manera asombrosa: entre lo que fue y lo que será, y entre la frescura de una fruta prácticamente verde y su madurez ya presente, una suerte de suntuosidad suave y soleada, lista para hacer ebullición.


Notas de cata de Richard Geoffroy, Chef de Cave

“Fresco, cristalino y ácido. El primer paso por nariz revela un mundo único vegetal y acuático, con notas de pimienta blanca y gardenia. La madurez del vino hace luego una aparición suave antes de exhalar acentos de turba.
En boca, el ataque es directo, un preludio para una redondez lujuriosa que parece ondularse como una planta. Las notas de anís y de jengibre seco se deslizan sobre las cáscaras de fruta (peras y mangos) y crean un efecto que es más táctil que carnoso. El final se despliega y luego se aplaca, calmo, maduro y difuso.
Un encanto indescriptible se hizo sentir sin producir efectos sobre la integridad del vino.”

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