lunes, 20 de abril de 2009

Viognier



En los últimos años los cultivos de la uva blanca Viognier crecieron y se desarrollaron más las exportaciones que las ventas en mercado interno.
Tres exportadores reflejan la historia del varietal.
Complejo, versátil, generoso en notas florales, con sutiles toques de canela y especias son los vinos de la variedad Viognier que otorga el terruño mendocino. Este blanco, muy apreciado en el mundo para acompañar comidas especiadas, o sushi, gusta a los consumidores tanto puro como en cortes.

Los mercados externos demandan en volumen, más Viognier ensamblado con otras uvas blancas, aunque pagan mejor el varietal puro. Datos de exportaciones de MRT de enero y febrero de este año indican que se enviaron al exterior 2.803 cajas de Viognier (100% varietal) por 94.805 dólares; por 3.722 cajas exportadas de Chardonnay Chenin Viognier se pagaron, en cambio, 66.096 dólares. Fueron 2.175 cajas de Chardonnay Viognier 2 por 48.514 dólares y de Viognier Chardonnay Riesling, 167 cajas por U$S 16.595.

Pese a ser una variedad aún no muy conocida, gran parte de las bodegas exportadoras tienen al menos un Viognier en su porfolio, y algunas exportan grandes cantidades, como Alamos, de Catena.

Casos exitosos como el de Bodega Santa Ana, que ganó un Trophy en el Argentina Wine Awards 2009 por su Chardonnay/Viognier, reafirman que esta variedad gusta a los paladares expertos.
Mandar a callar a los ingleses
Rodolfo Sadler, chief winemaker de Santa Ana y ganador del Trophy cuenta que su experiencia con esta variedad se remonta a los ‘90, "cuando por los pasillos de alguna London o Vinexpo, los enólogos buscábamos nuevas propuestas de estilos o variedades blancas para acompañar a los, en esos momentos, florecientes tintos argentinos para los diferentes mercados".

En aquella época, fuera de los Chardonnay, no se escuchaba a los ingleses hablar bien de los blancos argentinos. "Quizás tenían razón - agregó- cuando se referían a esos Torrontés "alpargatudos" de un par de décadas atrás, que no se comparan con los delicados, florales y seductores de hoy, o a nuestros antiguos, tímidos Sauvignon que hoy son varietales con identidad capaces de sorprender gratamente a cualquier gringo desprevenido".

Ante esta situación el Viognier surgía como una posibilidad cierta, pero los enólogos locales sólo tenían antecedentes de lo que se podía obtener en los libros y como experiencia un pequeño espaldero en Luján de Cuyo (propiedad de Bodega Lagarde) que correspondía fielmente a lo que leían en la bibliografía: viñedo de muy baja producción con racimos pequeños, granos chicos, de buen tenor azucarino, aromas dulces y frutados.

"A mediados de los 90 -continúa Sadler - comenzaron a surgir en Mendoza y San Juan algunos Viognier de la mano de firmas como Santa Ana, Peñaflor, Zuccardi y pudimos observar que estas nuevas plantaciones eran plantas vigorosas con gran desarrollo vegetativo, altos rendimientos que requerían un muy buen manejo vitícola por parte de los agrónomos, racimos sueltos, medianos con tendencia a plasmolizarse (hacerse pasa) en la última etapa de su madurez y con facilidad para tomar un tono cobrizo si el sol les daba directamente. Sobre la fruta madura sobresalían aromas y sabores frutados como durazno, damasco y mango, florales como la magnolia y en algún caso hasta terpénicos como si el Torrontés fuera un pariente lejano".

Luego de más de 10 años de trabajar con esta uva, Sadler asegura que posee la plasticidad necesaria para ser utilizada con diferentes finalidades: "bases de espumantes, cuando no queremos que sean tan neutros, vinos varietales para ser consumidos en el año, fermentados en barricas (muy buena estructura y capacidad de evolución en el tiempo) y cosechas tardías, por su buena capacidad para lograr alta riqueza azucarina. Versátil, de muy buena calidad enológica aún con altos rendimientos por hectárea, de gran adaptación a climas cálidos hacen del Viognier una variedad para ser tenida en cuenta".

Santa Ana para exportación elabora 270 mil botellas de U$S 12 precio retail del corte Chardonnay-Viognier y dos varietales 100%, uno para la línea de precio medio, fermentado en tanques de acero inoxidable (sin roble) y otro para la línea reserva donde un porcentaje se fermenta en barricas de roble francés y se deja en contacto con las lías durante 6 meses.

Bodegas innovadoras
Juan Roby, enólogo de Lagarde, asegura que fue la bodega la que realizó la primera plantación de Viognier en Argentina en 1993 con 6 hectáreas, pasando a 12 con los años. "El ingeniero Pescarmona, dueño de la bodega, conoció esta variedad en sus viajes en Francia y tras un estudio de factibilidad climática la implantaron aquí. Se adapta bien a nuestro suelo y le gusta mucho el sol",
contó.

Hoy Lagarde elabora dos Viognier, uno de la línea Lagarde (U$S 15) y el otro de Altas Cumbres (U$S 9), ambos sin fermentación en barrica para lograr la percepción del varietal puro. "Elaboramos más Viognier que el resto de las blancas, la producción está en torno a las 90 mil botellas. Se maneja en mercado interno y de exportación. Al ser el primer Viognier varietal de Argentina la gente lo reconoce, por su estilo", añadió.

El viñedo ubicado en Perdriel (Luján de Cuyo) tiene riego por goteo y malla antigranizo.
"Son suelos pedregosos logran un vigor justo, uno de los puntos más difíciles es el momento de cosecha; es una variedad que desde nuestro punto de vista debe cosecharse con mucha madurez". Lo que se logra según Roby es un vino complejo, con notas a flores y algunas cítricas, además de frutas maduras, melón y durazno. "Tiene buena aptitud para envejecer en botella, si bien aconsejamos consumirlo rápido, genera tipicidad y más complejidad, presentando con el tiempo algunas notas especiadas, canela, cáscara de naranja".

La elaboración es clásica de un blanco, con maceración por debajo de los 18 grados y levaduras seleccionadas. Se fracciona a los 2 ó 3 meses, ya que la idea es que sea un vino fresco, con buena acidez.

Otra de las pioneras es Familia Zuccardi que en 1994 sacó al mercado su primer Viognier varietal. El ingeniero agrónomo Sebastián Zuccardi detalla que la bodega trabaja hoy con varios productos que llevan Viognier; Santa Julia 100% varietal; los espumantes Alma Cuatro y Santa Julia Extra Brut, un tardío con 20% de Viognier, el Malamado, oporto dulce con Viognier y Zuccardi Serie A, un corte Chardonnay-Viognier de alta gama.

"Esta es una variedad que trajo mi papá -José Zuccardi - más o menos en la misma época que Lagarde. A nosotros nos ha funcionado muy bien en la finca de Santa Rosa. Hoy tenemos cultivadas 50 hectáreas. Creemos que es una opción muy interesante con respecto al Chardonnay, por su estructura y su perfil aromático", dijo Sebastián.

Los rendimientos se trabajan según el producto: 90 a 120 quintales por hectárea. La uva se cosecha más o menos temprano, con 13 grados.

Tras varios años de trabajar con este vino en el mercado interno, notaron que lograban una mejor performance en exportaciones.

"Es una variedad cuyo hollejo es bastante amargo, por tanto hay que esperarla. Se vinifica con maceración o prensa directa. Se trabaja sin madera. Durante un tiempo tuvimos un Viognier reserva en el mercado con barrica, pero no tuvo éxito. Sin madera resalta más sus notas aromáticas", detalló.

Fuente: Esta nota fue publicada por el Suplemento Fincas, de Diario Los Andes.

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