jueves, 2 de abril de 2009

Vinos argentinos, fuera de peligro



Un estudio realizado por la revista “Chemistry Central Journal” (Revista de Química Central) reveló que, salvo los caldos argentinos, brasileños e italianos, los vinos procedentes del resto del mundo tienen elevados niveles de iones de metal, potencialmente dañinos para la salud.

Para llegar a tal conclusión, la investigación tomó como objetos de estudio a vinos de 15 países productores, tanto blancos como tintos. Dichos países fueron Argentina, Austria, Brasil, República Checa, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Italia, Jordania, Macedonia, Portugal, Serbia, Eslovaquia y España.

Los científicos descubrieron que una dosis diaria de consumo de 250 ml. podría, a largo plazo, tener un efecto perjudicial en la salud del consumidor.

El estudio, llevado a cabo en la Universidad de Kingston, en Londres, utilizó una fórmula desarrollada por la Agencia de Protección Medioambiental de E.E.U.U., la cual calcula el riesgo potencial a la salud por la exposición a largo plazo a tóxicos en el medio ambiente. Esta fórmula, llamada THQ (Target Hazard Quotient), calcula el coeficiente de riesgo basado en los niveles máximos considerados seguros para varias sustancias químicas.

Los científicos descubrieron que los valores de THQ en la mayoría de los vinos eran superiores a 1.0 (el valor que se considera inofensivo). Los valores promedio máximos de THQ en los vinos estudiados variaban entre 50 y 200, pero los vinos húngaros y eslovacos llegaban a los 300.

Los valores promedio de THQ basados en el consumo de una copa de 250 ml. diaria de vino tinto o blanco variaban entre 30 y 80, lo cual dicen los científicos, debe ser motivo de preocupación. El exceso en el consumo de iones de metal ha sido vinculado a eventos patológicos tales como la enfermedad llamada “Mal de Parkinson”. Además, los científicos agregaron que estos iones podrían aumentar los daños de oxidación celular, un factor clave en las enfermedades crónicas inflamatorias.

Pese a estas conclusiones, los estudiosos no pudieron determinar cuáles son los factores provocan esta contaminación tóxica. De lo que sí están seguros es que los resultados arrojados en la investigación cuestionan la afirmación sobre las bondades del consumo cotidiano de vino.

Fuente: BBC Ciencia

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