Hay distintas edades que son interdependientes, en general sólo tenemos en cuenta la edad cronológica, pero cuando hablamos de esta nos referimos solamente al número de años que tenemos hasta el momento.
Además de la edad cronológica existen otras dos edades igualmente importantes que son la biológica y la psicológica.
La edad biológica hace referencia al estado físico o desgaste corporal, y la psicológica a la edad con que uno se siente psíquicamente así como a los pensamientos y emociones habituales.
Diversos experimentos demostraron que nuestras creencias y expectativas influyen en el cuerpo. Entre ellas cabe destacar un estudio en el cual se le pidió a un grupo de hombres mayores de 75 años que actuaran durante un tiempo como si tuvieran 20 años menos, es decir que se los indujo a cambiar su edad psicológica. El resultado, una vez que esta experiencia terminó, fue que estos hombres habían mejorado notablemente su memoria y su agudeza visual y auditiva.
Estos datos nos conducen a una conclusión: nuestros prejuicios, nuestras expectativas y la imagen mental que tenemos de nosotros mismos afectan fuertemente a nuestro organismo.
Teniendo en cuenta estos resultados deberíamos considerar la importancia de revisar nuestros supuestos y creencias respecto a la edad avanzada, y en caso de descubrir que son perjudiciales, podríamos cambiarlos por otros más adecuados.
Para hacer este trabajo debería en primera instancia hacerse las siguientes preguntas:
¿A qué edad empieza la vejez?
¿Qué es lo qué más teme de ésta?
¿Qué es lo que más desea de la vejez?
En general se asocia el comienzo de la vejez con el retiro de la vida activa, pero en realidad, la edad de jubilación es arbitraria y hay diversas actividades que pueden realizar las personas de edad avanzada y que pueden brindar grandes satisfacciones.
La decadencia del cuerpo suele ser una preocupación, pero debemos recordar que hay muchos jóvenes que no gozan de buena salud debido a que en esta también influye el estilo de vida, por lo tanto la relación es mucho más compleja que: a mayor edad menor salud.
En el último punto, aquello que deseamos de la vejez, entramos en un terreno muy personal, pero cabe reflexionar sobre el ejemplo que nos brindan las culturas orientales, en las cuales los ancianos son vistos como fuente de sabiduría y experiencia.
En última instancia cabría recordar que somos nosotros quienes decidimos que pensamos acerca del paso de los años y sus consecuencias, y que estas ideas influirán en nuestro desempeño y calidad de vida.
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