Durante las últimas décadas se han realizado muchas investigaciones en el área de la nutrición. Parte de estas investigaciones nos ayudan a entender mejor algunos puntos importantes sobre los alimentos que la Madre Naturaleza nos ofrece, alimentos enteros (no procesados ni fraccionados) y crudos, y también sobre lo que pasa cuando alteramos estos alimentos.
¿Qué sucede exactamente cuando cocinamos la comida? ¿Qué le pasa al cuerpo si comemos comida cocida? En este artículo se cubren algunos puntos clave.
Puntos clave sobre los efectos de la cocción en los alimentos y en la salud
La fuerza vital de los alimentos disminuye mucho o se destruye. El campo bioélectico (energía) se altera y también se destruye mucho. Un alimento vivo y bioactivo se transforma en algo muerto e inerte.
La estructura bioquímica y la composición nutricional del alimento se altera con respecto a su estado original. Las moléculas en el alimento se deforman y degradan. El alimento se degenera de distintas maneras. La fibra de los alimentos vegetales se transforma en una substancia suave y pasiva que pierde su naturaleza de barrido y la calidad de limpieza magnética en el intestino.
Los nutrientes (vitaminas, minerales, aminoácidos, etc) se destruyen, alteran y pierden. El grado de destrucción, alteración y pérdida depende de la temperatura, método y tiempo de cocción.
Se coagulan alrededor del 50% de las proteínas. Una parte importante de esto se vuelve inutilizable. Las altas temperaturas también crean crosslinks en las proteínas. Este tipo de proteínas están implicadas en muchos problemas de salud, así como también son un factor en la aceleración del proceso de envejecimiento.
La interrelación de los nutrientes se altera con respecto a su composición natural sinérgica. En el caso de la carne, por ejemplo, se destruye proporcionalmente más vitamina B-6 que metionina, lo que fomenta la acumulación de homocistina, que es aterogénica e inicia la formación de radicales libres. Esto es un factor en los problemas cardíacos.
Disminuye el contenido de agua del alimento. La estructura natural del agua también se altera.
Se crean sustancias tóxicas y “productos secundarios” de la cocción. Cuanto mayor es la temperatura de cocción, más toxinas se crean. Freír y asar crean especialmente muchas toxinas. Al cocinar grasas y especialmente proteínas se generan distintas sustancias cancerígenas y mutagénicas, y multitud de radicales libres.
El calor hace que las moléculas colisionen, y las repetidas colisones crean uniones divalentes y nuevas moléculas. En una papa asada, hay unas 450 sustancias secundarias de todo tipo. Incluso se las ha nombrado “nuevos compuestos químicos”.
Se crea material de desecho nuevo, que tiene un efecto de obstrucción acumulativo en el cuerpo, y que es una carga para los procesos eliminativos del cuerpo.
Todas las enzimas presentes en el alimento crudo se destruyen a bajas temperaturas, a partir de los 40 grados centígrados. Estas enzimas, llamadas “enzimas alimentarias”, son importantes para una óptima digestión. Ayudan naturalmente en la digestión y se vuelven activas tan pronto comienza la ingesta. La cocción destruye el 100% de estas enzimas.
Consumir alimentos sin enzimas crea una carga extra para el páncreas y para otros órganos y los hace trabajar excesivamente. Esto eventualmente resulta en que estos órganos queden exhaustos. La digestión de alimentos cocidos roba valiosas enzimas metabólicas necesarias para digerirlos, lo que consume mucha más energía que digerir alimentos crudos. En general, los alimentos crudos se digieren tanto más fácilmente que pasan por el tracto digestivo en la mitad o hasta un tercio del tiempo del tiempo requerido por los alimentos cocidos.
Luego de comer una comida cocida, hay un surgimiento de células blancas hacia el tracto digestivo, dejando al resto del cuerpo menos protegido por el sistema inmunitario. Desde el punto de vista del sistema inmunitario, cuando comemos comidas cocidas, el cuerpo está siendo invadido por sustancias extrañas y ajenas (tóxicas).
Se da una acumulación general de corpúsculos blancos en la sangre, y un cambio en las proporciones relativas de las diferentes células de la sangre. Este fenómeno se denomina “leucocitosis digestiva”.
La población natural de flora intestinal benéfica resulta dominada por bacteras putrefactivas (especialmente de la carne cocida), lo que resulta en disfunción colónica, permitiendo la absorción de toxinas desde el intestino. Este fenómeno recibe varios nombres: disbacteria, disbiosis, o toxemia intestinal (toxicosis).
Se crea una acumulación de placa mucoide en los intestinos. La placa mucoide es una capa gruesa de una sustancia parecida al alquitrán, que es el resultado de mucho tiempo de alimentos cocidos no digeridos, no elminados, pudriéndose en los intestinos. Los almidones y las grasas cocidas en particular son un culpable principal de la constipación y de la congestión y bloqueo de los intestinos.
Se genera una acumulación de toxinas y material de desecho en muchas partes del cuerpo, incluyendo en el interior de células individuales. Algunos de estos desechos y desperdicios se llaman lipofuseínas, se acumulan en la piel y en el sistema nervioso, incluído el cerebro. Se lo puede ver como “manchas hepáticas” o “manchas de la vejez”.
Malnutrición a nivel celular. Debido a que los alimentos cocidos tienen menos nutrientes, además de tener sustancias tóxicas y de desecho, las células individuales no reciben suficientes nutrientes.
Tendencia a la obesidad debido a comer en exceso. Como las células no reciben suficientes nutrientes, están, por así decirlo, “siempre hambrientas” y por lo tanto “demandan” más comida. Es menos probable, también, que los alimentos cocidos se metabolicen adecuadamente, lo que también cotribuye al exceso de peso.
De tanto en tanto el cuerpo experimenta crisis de eliminación (también llamadas purificaciones o crisis de curación). Suceden cuando las toxinas se liberan a través de la piel o son enviadas al torrente sanguíneo para ser eliminadas por el hígado, los riñones y otros órganos. Los síntomas pueden incluir dolores de cabeza, fiebre, náuseas, vómitos, resfríos, bronquitis, sinusitis, neumonía, diarrea, etc.
El cuerpo puede llegar a estar tan tóxico que todo tipo de partículas, como por ej. el polen, causan crisis de desintoxicación, llamadas “alergias”. Se calcula que unos 80 millones de norteamericanos tienen tales “alergias”.
El sistema inmunitario, al tener que ocuparse de invasiones masivas diarias de toxinas y sustancias secundarias tóxicas, eventualmente resulta sobrepasado y debilitado. Esto es un factor principal del proceso de envejecimiento.
Parte del material de desecho se acumula en las arterias y las bloquea, lo que lleva a alta presión arterial, arterioesclerosis, accidentes cerebro-vasculares, etc - matando aproximadamente a la mitad de los norteamericanos.
Los desechos, toxinas, y sustancias mutagénicas y cancerígenas que se acumulan dentro de las células, y el ataque diario de excesivas cantidades de radicales libres eventualmente hace que algunas células se vuelvan cancerosas - causando la muerte de aproximadamente el 30% de los norteamericanos.
En general, el proceso de envejecimiento natural se acelera con los alimentos cocidos. Las personas que cambian a una dieta de alimentos crudos con frecuencia se vuelven biológica y visiblemente más jóvenes.
El siguiente material proviene del oncólogo Bruce Ames (sobre “mutagénesis, carcinogénesis y las enfermedades degenerativas del envejecimiento”)
Es posible que los alimentos cocidos contribuyan a la aparición del cáncer. Durante la cocción, se forma una amplia gama de sustancias químicas. Cuatro grupos de sustancias químicas que causan tumores en roedores han atraído atención debido a su mutagénesis, potencia y concentración:
1- Las nitrosaminas se crean a partir de óxidos de nitrógeno presente en las llamas de gas o por otros métodos de quemado. Se han realizado un número sorprendentemente bajo de estudios sobre los niveles de nitrosaminas presentes en el pescado o en la carne cocidos en hornos a gas o asados, teniendo en cuenta su capacidad mutagénica y su potencia cancerígena.
2- Los aminos heterocíclicos se forman al calentar aminoácidos o proteínas.
3- Los hidrocarbonos policíclicos se forman a partir de carne chamuscada.
4- El furfural y furanos similares se forman al calentar azúcares. Calentar grasas genera epoxis mutagénicos, hidroperóxicos y aldehídos no saturados, y también puede tener importancia.
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