viernes, 27 de marzo de 2009

Galletitas saludables con sabor a las otras



Un equipo de investigación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) logró dar con una fórmula para fabricar “galletitas saludables”. Se trata de un alimento sin grasas trans, bajo contenido de azúcar y sodio, sin conservantes, colorantes ni edulcorantes, que no producen colesterol y son fabricadas con aceites vegetales, pero mantienen intacto el sabor de “las otras”. Tienen hasta nuevos gustos: hay semidulces con sabor a canela, limón y chocolate, y saladas de pimentón, provenzal o tomillo que las investigadoras aún mantienen en etapa de prueba. “Las galletitas son ricas: tienen gusto a comida casera. Eso es porque no tienen saborizantes ni colorantes artificiales y están hechas sólo con productos naturales. Es decir, las galletitas con sabor a banana fueron hechas con la misma fruta y por eso tienen gusto a banana”, dice, orgullosa, la directora del proyecto, Cecilia Lupano. La investigación comenzó hace un año, cuando Lupano, que es doctora en Bioquímica, armó un grupo de investigación en el Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA), que depende de la UNLP y de Conicet. El grupo, que además integran otra doctora en Bioquímica y Farmacéutica de la UNLP, Paula Conforti, y una estudiante de la carrera de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires, Silvina Suárez, logró indagar en el tema a partir de una investigación previa de Lupano sobre el suero de leche y la miel que disparó la curiosidad sobre las galletitas al probar nuevas fórmulas. Eso fue hace cinco años. “Nos dimos cuenta de que las galletitas son un alimento de gran aceptación por parte de la gente, un producto que se conserva durante mucho tiempo a temperatura ambiente si están bien envasadas y, también, que son fáciles de comer porque sirven de alimento en cualquier lugar y momento del día”, dice la especialista, que ahora busca que su descubrimiento sea comercializado por alguna empresa que luego lo distribuya en kioscos, almacenes y negocios al alcance de cualquiera. INTACTO. La nueva fórmula mantiene “intacto” el sabor de las galletitas que se consumen a diario pero permite que los chicos coman de manera saludable y de ese modo salteen los problemas de salud derivados de una mala alimentación. Lupano asegura que el producto surgió con la idea de crear un alimento con ingredientes únicamente naturales: “El trabajo de cinco años nos dio experiencia en el tema y de ahí surgió la idea de crear una fórmula donde el alimento estuviera balanceado, sin productos artificiales, con poca azúcar o casi nada de sal, y dándole una buena calidad nutricional para los niños. A partir de esa base, probamos qué ingredientes les darían una textura agradable –para que no sean gomosas y sí quebradizas– y que fueran muy ricas; lo que uno espera de una galletita. Al no usar colorantes, habría que darles forma de animalitos o alguna cosa así para que sean más atractivas para los chicos”. Las nuevas galletitas “sanas” evitan, de esta manera, problemas de salud como la obesidad, el cáncer o las dificultades cardiovasculares, que pueden ser enfermedades derivadas de una mala alimentación. Además, pueden ser consumidas por personas de todas las edades. “Las grasas trans, por ejemplo, son perjudiciales para las arterias y provocan un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares”, insiste Lupano. Y aclara que muchas de las galletitas que se venden en el mercado, y que son consumidas principalmente por los chicos, se elaboran con “un alto contenido de lípidos y de azúcar, y algunas poseen colorantes y aromatizantes artificiales, entre otros componentes que pueden ser nocivos para el organismo si son ingeridos en exceso”.–Entonces, ¿estas galletitas engordan como cualquier otra?–Sí, no sirven para adelgazar, sólo son para gente sana. Tienen gluten y azúcar y engordan como cualquier otra galletita, quizás un poco menos. No son galletitas de bajas calorías pero sí muy sabrosas, sólo son galletitas mucho más sanas que las comunes. De hecho, superaron la prueba más exigente: el paladar de los compañeros de escuela de mi hijo.
Fuente: Critica de la Argentina

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