En muchos países hasta un 40% de la población padece de sobrepeso. Aparentemente la razón que vuelca estos resultados se relaciona con un cambio de hábitos alimentarios producido en los últimos 50 años.
Tanto en los países de Europa como en Estados Unidos y también en América Latina, la llegada de grandes locales de ventas de alimentos rápidos, de la mano del Marketing comercial fue generando el consumo de alimentos “express” (fast-food, salchichas, hamburguesas, productos de panadería y pastelería).
Aumentó también la ingesta de alimentos de origen animal, sobre todo las carnes y los agregados de grasa a los alimentos elaborados e industrializados, que le confieren un mayor sabor y cada vez produce una mayor necesidad de consumo. A todo esto se le agrega el ritmo apresurado laboral y social de la nueva familia argentina, sumado a problemas económicos, que da como resultado la “solución” de la disyuntiva de la alimentación diaria.
La ciencia de la combinación adecuada de los alimentos
¿Es cierto que los alimentos pueden curarnos?
Cuanto hay de verdad en esta pregunta. Algunos autores sostienen que cuando se rompe el equilibrio alimentario, el organismo enferma. La enfermedad se cura por medio de la buena nutrición, como decía Hipócrates a sus discípulos “Que tu alimento sea tu medicina”. Un famoso médico estadounidense llamado Charles Mayo escribió “La resistencia normal a las enfermedades depende directamente de la alimentación adecuada. No se obtiene jamás mediante una caja de comprimidos”.
La medicina china recomienda una alimentación que permita alcanzar el equilibrio óptimo de todo el organismo y apunta a sistemas energéticos específicos de los órganos para efectuar un tratamiento terapéutico. Entonces lo importante es combinar adecuadamente los alimentos para alcanzar la salud y la longevidad. Para esto establece que hay que evitar que se produzcan en el estómago conflictos entre el yin y el yang. En términos occidentales esto se conoce como equilibrio ácido-alcalino o PH. Cuando se consumen alimentos que requieren un medio ácido para que las enzimas digestivas puedan degradarlas en el estómago (como ser carnes, huevos, quesos) y al mismo tiempo se ingieren alimentos que requieren un medio alcalino (como ser pan, arroz, fideos y otros hidratos de carbono) aparentemente los dos tipos de enzimas que degradan diferentes tipos de alimentos se neutralizan y no se digiere bien ninguno de los dos. Resultado de ello son las flatulencias, gases y otros tipos de trastornos digestivos.
Aparte de la calidad de los alimentos que consumimos y la manera de combinarlos, otro aspecto fundamental de la alimentación y la nutrición es de que manera comemos realmente. Si uno engulle la comida como se suele hacer hoy en día, las enzimas de la saliva (la ptialina para los hidratos de carbono) no alcanzan a envolver lo que masticamos y cuando esos alimentos llegan al estómago no pueden ser digeridos correctamente. Sería conveniente comer lentamente pues esto no solo garantiza la plena asimilación de los alimentos sino que asegura la digestión adecuada de los nutrientes en estómago, intestino y en todo el organismo.
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