Realmente estoy cansado de que se hable mal del café, pues además de ser una rica infusión, no sólo acarrea problemas, y hasta en el ambito de los biocumbustibles podria representar una solucion. Pero pasemos al aspecto físico. Hoy hablaba en Ojocientifico del valor de una vida emocional y socialmente saludable para prevenir la demencia; pues bien, ahora el foco de atención es el café.
Así lo dice una investigación realizada por la Universidad finlandesa de Kuopio, donde se llevó a cabo una evaluacion a largo plazo de personas de mediana y avanzada edad, evaluando su consumo de café y de té en la mitad de su vida para ver el efecto que la cafeína de ambas infusiones suponía para el sistema nervioso central de cada voluntario y compararlo en relación con el riesgo de demencia o Alzheimer.
Si bien no se encontraron asociaciones directas entre el té y la demencia, el café si demostró tener cierta influencia en relación con la prevención de estas enfermedades. Según los investigadores un consumo moderado de café durante la mediana edad podría prevenir Alzheimer y demencia.
Esta conclusión parece muy atractiva para la medicina y la nutrición, pues con investigaciones más consistentes y abarcativas con otro tipo de alimentos podrían definirse relaciones bien pautadas entre el tipo de alimentación y enfermedades mentales como las dos mencionadas.
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