En realidad, este tipo de vino son un caso particular de los vinos blancos elaborados según el método tradicional.
Cuando, por algún método, se paraliza la fermentación antes del agotamiento completo de los azúcares, quedando un remanente de los mismos, el vino se llamará DULCE NATURAL.
Cuanto más tarde se coseche la uva destinada a este tipo de vinos, estos tendrán además del dulzor característico, mayor tenor alcohólico. Pero también podemos imaginar, el perfil de un vino también dulce, pero más pobre en alcohol (entre 10 y 11% v/v). En este caso no será necesario especular con esperar un poco más el momento de la cosecha, dado que una uva de riqueza azucarina “normal o estándar” nos permitiría este juego de tener un producto de bajo alcohol y presencia de azúcar residual remanente del propio mosto.
Para el caso de los vinos de COSECHA TARDÍA , como su denominación lo indica, se parte de uvas que fueron cosechadas, en muchos casos, algunas semanas después de finalizada la cosecha normal, y que contienen una riqueza mayor de azúcares que el resto de las uvas. Es decir, fueron uvas que sufrieron el fenómeno de “sobremaduración”. Por lo tanto, es esperable encontrar en este tipo de vinos, no solo la presencia generosa del azúcar residual sino también la del alcohol producido, el que rondará los 11.5 – 12.0 % v/v.
Esta familia genérica de productos (vinos dulces), está destinada básicamente a dos situaciones muy claras:
Ideales para el público que se “inicia” en el consumo del vino
Para beberlos fuera de las horas de las comidas más importantes (almuerzo-cena)
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