El manjar de Platón

El higo es un fruto dulce, nutritivo y saludable. Su presencia aporta exotismo y funciona muy bien como postre o en preparaciones agridulces.

El higo es una fruta mediterránea que durante siglos fue muy valorada por culturas ancestrales. Su origen se remonta a algunos siglos antes de Cristo e incluso fueron considerados manjares en la época de la Grecia Clásica.

Ya el Génesis bíblico narra cómo Moisés envió a unos exploradores a reconocer la tierra de Canaán y éstos volvieron con diferentes frutos, entre ellos higos. Pero fue en la Grecia clásica donde los higos fueron uno de los alimentos esenciales de esa civilización.

Esta fruta también fue el manjar predilecto de Platón, de hecho se le conoce como la fruta de los filósofos. Galeno los aconsejaba a los atletas e Hipócrates los usaba para combatir los estados febriles. Por su parte, los bereberes los consideran un símbolo de fecundidad y resurrección. Durante siglos, fue considerada una fruta erótica, ambivalente y simbólica. Para la cultura judeocristiana, el higo era análogo con el órgano sexual femenino, sin embargo, para los árabes, era análoga con el órgano masculino. Se pueden consumir frescos o secos y poseen propiedades nutritivas que los hacen indispensables en la dieta de todos los días, en especial la de niños, deportistas y mujeres embarazadas.

Debido a la naturaleza silvestre de la higuera, el higo es un fruto de verano, puede ser de color verde, púrpura o azulado y su tamaño es variable. Requiere climas templados, no soporta las bajas temperaturas y es resistente a períodos prolongados de sequía.

Existen alrededor de 600 variedades en el mundo, y las principales son Kadota, Adriatic, Calimyrna y Mission. Los principales productores son California y Turquía, donde se producen los famosos higos de Esmirna, un clásico de las Fiestas.

Su utilización en gastronomía aporta exotismo en ensaladas, como entradas, combinados con quesos intensos, y resulta un excelente acompañamiento para carnes asadas o de caza. Su combinación con el cerdo, el pato, el jamón crudo y el queso azul resulta perfecta.

Como postre, se pueden disfrutar solos o en preparaciones más sofisticadas. El higo maduro es muy digestivo. Tanto secos como frescos, los higos son un excelente aporte para las personas que realizan esfuerzos físicos o intelectuales.

Este fruto contiene también cantidades variables de pentosanas y de ácido cítrico, málico y acético. Poseen una cantidad de azúcar superior al resto de las frutas y es por eso que su valor calórico es similar al de la banana o al de la uva. Es pobre en grasas y en proteínas, pero rico en agua, minerales y fibra. Una fruta de 250 gramos proporciona 1.300 calorías y 12 gramos de proteínas. Además poseen vitaminas A, B1, B2, B3 y C, Hierro y Magnesio.

También tiene propiedades laxantes, diuréticas y expectorantes. Su piel puede ser verde, blanca o morada pero, para saber distinguir si está en su punto de madurez el rabo del fruto debe estar seco, la piel arrugada y al abrirlo debe desprender almíbar.